A media cuadra

sábado, 28 de abril de 2012

La calle


Por A media cuadra

Sal de ahí, las paredes no guardan secretos extraños, no pueden esconder nada. Tu privacidad no es más que otra boca del miedo. Todo se sabe de ti, el registro de tus gripas, tu mordida, las personas con las que hablas así en la tierra como en el facebook. Por eso  no temas de este afuera por ahora mudo, nervioso y vacío, no creas en su  apariencia de callejón sin salida, de animal impredecible, son solo habladurías, ecos insensatos que buscan recogerte día a día en tus propios escombros.

Esta no es tu casa, ya no es el límite de tu abrigo, es el lugar donde te llegan las cuentas tan puntales y exactas, y donde luego, justo en tu hora, te dejan dormido, incluso algunas veces bajo llave. Esta no es tu casa, es solo una parte de ella, tal vez la más clara para tu suerte, pero el fogón aún te desconoce en la suma de los utensilios. No solo de prisiones vive el hombre, aunque así parezca.

 Justo ahora que atardece, respira hondo, sal de ahí, mira al otro lado de la reja, todo es territorio, nuestras uñas, nuestro pueblo, nuestra familia, siente el susurro de la tierra, vuélvelo palabra y música,  échalo a andar.  Camina sobre las figuras de la noche, no dejaremos que te hagan daño, pues estas son nuestras manos y están en la obra de tener cuidado en todo lo que tiene que ver con nosotros y con la vida. El primer paso es tomar la calle.

¡En la calle nos vemos!

¡Haz lo que la calle te diga!

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