A media cuadra

sábado, 8 de julio de 2023

Participación o dictadura, por Gonzalo Arango.

 





Por Gonzalo Arango 

La política tiene que ser garantía de la paz social, que solo se alcanza con libertad y justicia económica.

Ley histórica: donde hay explotados y oprimidos habrá siempre violencia, porque la vida no se deja subyugar por los engendros adúlteros del ego y la razón que hacen de la explotación un crimen

Si la democracia anhela subsistir como democracia real en el mundo, tiene que hacer progresivos sacrificios en los privilegios de sus minorías, para hacer extensivos los bienes de la Tierra a todos, participación en razón de sus necesidades, sin coacciones al espíritu ni represiones policiales.

He aquí la alternativa: participación o ruina; participación o dictadura.

Es mejor practicar la justicia que predicarla; la palabra sin la acción es esteril.

Verdad es vivir conforme se piensa. Y la justicia es voluntad divina.

Vamos a ve si los medios de comunicación masiva motivan la acción popular y movilizan opiniones libres para poner los medios de producción al servicio de la comunidad cuyo orden no dependa del despotismo de Estado, sino del concierto armonioso y amoroso de la voluntad de servicio.

Vamos a ver cómo responden a este desafío de liberación popular las clases dirigentes y propietarias.

Vamos a ver si a la hora de la verdad su patriotismo les alcanza para restituir los frutos del trabajo ajeno a sus verdaderos dueños.

O, en caso contrario, serán inferiores al desafío y perecerán bajo las energías oprimidas desencadenadas, que un impulso angustioso de liberación, danzarán al compás de las llamadas destructoras con apocalíptico frenesí, saludando a la muerte como portadora de vida nueva.

Masas miserables oprimidas y explotadas que irrumpirán en el turbulento escenario de la insurrección con una demencia devastadora clamando justicia y reclamando sedienta de indignación la sangre de sus verdugos.

Dolores que estallarán como cataclismos contra cataplasmas opresivos.

Campesinos indefensos, indios inocentes, proletarios oprimidos, masa explotada y masacrada que con justificada razón reclaman lo que les pertenece: el sudor de su trabajo convertido en fruto y disfrute de los dones de Dios.

(Adangelios, 1985)







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