Por Luis Eduardo Tiboche
Tras el Poder para el Pueblo.
La disputa por el “poder” en nuestra sociedad pasa por entender el marco en el que se mueve el actual gobierno “progresista”, y en el mismo, el papel de las diversas reformas propuestas para avanzar en ese cambio, que como lo dijo el presidente recién iniciaba su mandato, solamente buscan poner al país más desigual del mundo en la senda de un capitalismo medianamente moderno. Sin embargo, la “resistencia” de las elites en el poder ha venido escalando de la manera más brutal y no solamente las reformas han sido bloqueadas y negadas con todas las artimañas posibles en el congreso, sino que se ha desatado un ataque sistemático con tergiversaciones, mentiras y todo tipo de actos que rayan en lo criminal, orquestado todo esto desde los medios de comunicación del poder que literalmente se han convertido en cloacas de la desinformación y mentira para imponer al pueblo colombiano una narrativa que se orienta hacia mantener la senda por la que caminaba nuestra sociedad antes que el gobierno de Petro asumiera. Estas reformas para nada son Revolucionarias y apenas buscan implementar unos mecanismos más igualitarios o recuperar algunos Derechos que fueron arrebatados hace años por los gobernantes neoliberales, como por ejemplo en lo laboral y en la salud.
Esta ultraderecha fascista en nuestra sociedad liderada por el imputado Álvaro Uribe, la Cabal y una serie de ultraconservadores anclados en los partidos políticos centro democrático, cambio radical, partido conservador y partido liberal y orquestados por los hombres más ricos del país Luis Carlos Sarmiento Angulo, Gilinski, Ardila Lule y otros que sienten amenazados sus privilegios acumulados por décadas de explotación al pueblo colombiano, no quiere ceder ni milímetro de su poder. Hoy estos fascistas se sienten respaldados por la internacional fascista liderada por Trump, Elon Musk, Milei, y demás bandola y por un imperialismo que si bien está en una decadencia profunda es cada día más peligroso para la humanidad y la Vida en el planeta.
Algunos datos del gobierno del cambio.
Cerrando el año 2024 el gobierno se ha encargado de mostrar algunos indicadores y resultados de la gestión realizada en estos 2 años largos que hacen parte del programa de gobierno con el cual fue elegido Petro. Algunos elementos, solamente enumerados y que merecerían un análisis más profundo son los siguientes: Aprobación de la reforma pensional, la Inflación para el año llegó al 5.20%, el Desempleo bajó al 8.2%, la Deuda Pública igualmente bajo al 47% y la Pobreza al 33%, lo cual significó que 1.6 millones de personas abandonaron este umbral.
Una de las principales banderas del gobierno, la Reforma Rural incorporó a través de la compra de tierras de 450.000 hectáreas de tierra, además de la formalización de 1.253.000 de hectáreas entregada a comunidades campesinas.
La inversión extranjera creció en un 13% y según la OCDE somos la 6ª economía de mejor desempeño en el año 2024
El año cerro con un aumento del salario mínimo decretado por el presidente Petro del 9.54% lo cual desnudo la manera miserable y déspota con que los capitalistas y dueños del poder miran y quieren tener a los trabajadores que producen la riqueza y el desarrollo del país.
Pero también cerró con una crisis fiscal que amenaza recursos importantes en inversión social, es decir para programas de poblaciones más desfavorecidas económicamente, crisis que obligara a “amarrarse los pantalones”, afectando a la clase social más desfavorecida, si es que el gobierno del cambio no decide meter en cintura a los sectores más ricos de la sociedad colombiana.
Lo que nos corresponde desde el campo popular.
Lo venimos planteando desde hace más de 2 años buscando anclarnos en la realidad que como sociedad transitamos. Entendemos y así lo asumimos que, mediante un acuerdo político expresado en la elección de un gobierno nacional, el país debe cambiar de rumbo hacia una sociedad de Derechos y hacia la Soberanía, es decir el cuidado y la protección de los bienes comunes de la misma, la tierra, el agua, los llamados recursos naturales, el medio ambiente y claro está el Alimento para que la sociedad en general pueda disfrutar del bienestar social. Eso implica una redistribución de la riqueza nacional y la inclusión definitiva de grandes grupos sociales excluidos y marginados por el poder tradicional.
También lo expresamos que “… dicho camino debe hacerse desde la ampliación de las autonomías y capacidades de territorios y comunidades, es decir abriendo y profundizando la participación política, económica y social en el ejercicio del gobierno.” Mandato Popular para la Soberanía Alimentaria. Bogotá y cercanías.
Debemos profundizar los mecanismos y ejercicios de la llamada participación ciudadana, la cual debe manifestarse en un proceso permanente de movilización social en torno a nuestros intereses comunes. Es urgente trascender la atomización y desarticulación que existe entre los diversos entramados organizativos en nuestros territorios hacia formas que nos permitan coordinar y potenciar nuestras capacidades económicas, sociales a través de políticas territoriales y nacionales.
El reconocernos como actores fundamentales en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, una sociedad de inclusión exige entender la participación como un espacio de Poder Popular, de acuerdos entre nosotros, de avanzar en agendas comunes que resulten de la suma de nuestras necesidades comunitarias en todos los órdenes de la vida social, es decir económicas, culturales, de educación, alimentarias y los mecanismos planes y programas para hacerlas realidad y que consoliden eso la planeación y ejecución de nuestros propios destinos. Los gobernantes elegidos, deben convertirse en los servidores de lo común, de los bienes comunes es decir de los Territorios y sus escenarios para garantizar una Vida plena de las comunidades.
Debemos entender de una vez por todas que el ejercicio de la política en la actual coyuntura nacional pasa por apropiarnos del programa de “gobierno del cambio” el cual debe tener acción y resultados tangibles y reales en nuestras comunidades en sus territorios.
La profundización del cambio estructural de la sociedad colombiana pasa por ampliar las políticas de cambio respaldadas por el desarrollo del movimiento popular, que logren derrotar la hegemonía de las élites tradicionales del país.
En las calles de nuestros barrios de nuestros territorios la Escuela Política Popular debe desde diversos mecanismos, talleres, encuentros, expresiones culturales y artísticas de todo tipo construir acciones en defensa de una Educación de Calidad, universal y gratuita para nuestros niños y jóvenes en todos los niveles de la misma, una Salud igualmente universal y pública que garantice la Vida con dignidad de las comunidades y desbarate el negocio en que las mafias del poder han convertido este Derecho; El derecho al alimento de calidad y suficiente nos debe permitir valorar y trabajar por la soberanía Alimentaria de las comunidades, es decir por reivindicar el papel de las comunidades campesinas, de la defensa de las Semillas y de la Cultura que significa alimentarse desde y en cada territorio. Debemos conocer y profundizar las miradas sobre los territorios que orienten acciones contundentes en torno a la defensa de la biodiversidad y los ecosistemas, en una tarea urgente para defender el Agua como un elemento de Vida y como un bien común.
Por último, estas acciones deben ir enfocadas en una lucha contra el poder mafioso y criminal que hace décadas se apropio del país, lucha que pasa por profundizar los gobiernos propios y la continuidad y profundización de un gobierno cada día más hacia el Socialismo.
Enero 21 de 2025
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