A media cuadra

domingo, 24 de septiembre de 2023

Las ciudades eligieron al gobierno ¿les está respondiendo?

Foto tomada por Andrés Zea https://www.instagram.com/estratagema_/


Por César Giraldo

Docente universitario.

Petro ganó las elecciones gracias al voto urbano. Ese voto fue expresión de las protestas sociales urbanas de la última década, en particular el movimiento del 21 de noviembre del 2019 y el estallido social del 2021. Sin embargo, no ha habido una conexión fluida con los colectivos sociales que estaban detrás de las protestas en el ejercicio de gobierno. Establecer esa conexión es la prioridad política del proyecto alternativo que se está construyendo, porque si no se validan las expectativas de esos colectivos urbanos estos pueden darle la espalda al gobierno. El gobierno está tomando otro rumbo. En primer lugar, se está concentrando en lograr la paz total en un intento de resolver el conflicto armado que ha tenido una tradición rural, aunque también ha penetrado en sectores urbanos como Medellín y Buenaventura. En segundo lugar, está yendo a los territorios marginales como la Guajira y las periferias económicas para atacar el hambre y la pobreza. Y, en tercer lugar, está promoviendo reformas estructurales en salud, pensiones, laboral y servicios públicos.

Eso está bien, pero se puede estar perdiendo el foco de construir proyecto político en las ciudades. Al fin y al cabo, tres cuartas de los colombianos están en espacios urbanos y es allí donde está el grueso de los problemas sociales. Lo novedoso del gobierno hasta ahora es la paz total. En el caso de la política social en las periferias no se ve un cambio en el discurso asistencialista del pasado. Y en el caso de las reformas estructurales hay que ser conscientes que estas serán muy limitadas, porque la correlación de fuerzas no es lo suficientemente fuerte para hacer los cambios profundos que quisiéramos. 

Es claro que esos cambios están orientados a desmontar la apertura neoliberal de César Gaviria y sus reformas estructurales: pensiones, salud, código laboral, tributación. Pero Gaviria contaba con una legitimidad ampliada (aparente legado de Luis Carlos Galán, convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, proceso de paz, apertura económica frente a la caída del muro de Berlín). El gobierno debe ser realista, no tiene tanta legitimidad. Algo se podrá lograr en pensiones, pero esta seguramente terminará en que el primer pilar será de un salario mínimo legal, a lo sumo uno y medio, y en este caso la reforma terminará salvando a los Fondos Privados de Pensiones porque de esta forma se termina el traslado de los afiliados de los fondos privados a Colpensiones, salvándolos de su inevitable desaparición. Eso lo saben ellos y por esto algo se puede avanzar allí. 

Foto A media cuadra

A estas alturas del gobierno es necesario concentrarse en sembrar base social en los colectivos urbanos que es donde no se está trabajando de manera suficiente. Esto no quiere decir que no se siga haciendo lo mismo con los colectivos rurales, pero hay que tener en cuenta que allí hay más trabajo, más tradición, otros problemas, de los que aquí no se va a hablar. Para ir a los colectivos urbanos el PND da herramientas entre ellas los artículos 65 y 101 que permiten apoyar el trabajo comunitario, y permite celebrar contratos directamente con la economía popular.  Ahora se trata de hacer una pedagogía con los procesos sociales en los territorios para que exijan recursos públicos tanto de la bolsa del DPS, como los recursos que ejecuta el Estado los cuales podrán ejecutarse a través de la economía popular, tanto con los recursos del Gobierno Nacional como con los de los gobiernos locales. Allí están las bases materiales para la construcción de una base política del proyecto alternativo. 

¿Que eso es politiquería? Es la acusación de los medios de comunicación a estas dos reformas, y de la Cámara Colombiana de Infraestructura (por ejemplo ver: https://www.eltiempo.com/economia/sectores/plan-de-desarrollo-corrupcion-expropiacion-expres-y-otras-alertas-765981 ). Politiquería sería si los recursos del DPS se manejaran a través de un asistencialismo individualizado, tal como hizo Uribe. Pero si a esos recursos se les da un giro hacia lo comunitario se puede construir un sujeto social y político. Eso depende que haya una movilización en ese terreno. Ese espacio también se lo puede tomar la extrema derecha que reinstalaría el asistencialismo clientelista. Sin embargo, lo comunitario es lo que le da un sentido diferente. 

Foto A media cuadra


Una de las lecciones que trae el ejercicio político, es que la propuesta alternativa debe resolver los problemas de sobrevivencia de la gente. Eso fue lo que hizo el clientelismo, sólo que lo resolvía de forma individualizada y temporal. Aquí la solución pasa por lo comunitario y lo estructural. Las iglesias cristianas también han sido activas en la solidaridad y dan un sentido de vida a las personas (la salvación), por eso su fortaleza en los sectores populares, pero no dan una salida política, y cuando la dan generalmente está ligada a la derecha más conservadora. 

Es necesario comprender las aspiraciones y valores de los sujetos sociales contemporáneos, y eso requiere trabajo en el territorio. Lo que se observa es un sentimiento de desesperanza, que refleja un rechazo al orden establecido. Llama la atención que muchos jóvenes señalan que no quieren tener hijos porque no le ven sentido a sus vidas y a la sociedad. Es una generación de “no futuro”. Eso no sólo sucede en Colombia, pasa en gran parte del mundo, y se expresa en movilizaciones urbanas. América Latina está viviendo un auge de movilizaciones, que ha sido bautizado como la "primavera latinoamericana", dando a entender que hace parte de una ola que se está formando en el siglo XXI, la cual habría comenzado con las manifestaciones en Seattle contra la cumbre de la OMC a finales de 1999, el movimiento 15-M  (conocidos en España como los Indignados), Occupy Wall Street, la primavera árabe, protestas en Grecia (2010-2011), los estallidos sociales latinoamericanos, entre ellos Brasil (con Rousseff), Colombia y Chile. 

En un país periférico como el nuestro, con el grado de exclusión y violencia que padecemos, las movilizaciones tienen connotaciones específicas. Para tener una noción del sentimiento de los jóvenes colombianos que expresaban su descontento se puede partir de lo que reclamaban en el paro 28A:

  • Falta de oportunidades: reclaman acceso a la educación, quienes tienen educación reclaman un trabajo decente, los profesionales se quejan de la precarización con los contratos de prestación de servicios. Los que logran alguna vinculación laboral son tercerizados de manera que el imaginario de ascender en la empresa o institución está destruido. Los jóvenes de hoy son más educados e informados, y observan que quienes ascienden a las cúpulas del Estado o de las empresas son quienes se han educado en instituciones de élite que pocos pueden pagar. Saben que el sistema educativo es un instrumento para mantener y profundizar la desigualdad social, ven con claridad que la educación ya no cumple la función de ascenso social. Para muchos es difícil abandonar el hogar de sus padres porque los ingresos son bajos e inestables y el precio de los arriendos muy alto. 
  • Rechazo a la economía criminal. El vincularse a la economía de la droga permite a algunos lograr mayor status que se expresa en el vestuario, la moto y el acceso a consumo suntuario. Pero la mayoría resiste a esa presión vinculándose al arte, a lo comunitario, a la agricultura urbana. Pero la tensión es fuerte, y los espacios de resistencia se agotan si no logran un apoyo real del Estado, y dada la ausencia del Estado esa resistencia se termina expresando en el estallido social.
  • El Estado ha aparecido como un agente hostil. La acción de la policía es la del acoso permanente a los jóvenes. Esa actitud de la policía se ratificó con los disparos que hicieron a la multitud durante las protestas y el hecho de dirigir las balas de goma a los ojos de los manifestantes para reventarlos. En el territorio la policía es con frecuencia comprada por el microtráfico que a su vez está ligado al gota a gota, y termina extorsionando a la economía popular, que es la que ejercen la mayoría de los padres de los jóvenes. Una muestra del odio al Estado fue de la sublevación espontánea el 8 de septiembre del 2020, cuando fueron quemados la mitad de los CAIs de Bogotá, tras el asesinato por parte de la policía de Javier Ordoñez.
  • No ha existido un reconocimiento del Estado de la economía popular porque la considera por fuera de la ley, y por tanto la excluye de la construcción de las políticas públicas, y la aborda desde el derecho punitivo. El Estado se convierte en un enemigo para la mayoría de los ciudadanos.
  • Existe un reclamo por el abandono de los mayores, que no tienen pensión, ni acceso a salud, ni condiciones de vida digna.
  • Un elemento común en las protestas colombianas es la defensa de la vida y el rechazo al asesinato generalizado de los líderes sociales y de los firmantes del acuerdo de paz. En todas las movilizaciones había presencia de representaciones alegóricas contra la cultura de la muerte, que es una marca de las generaciones actuales.
Encuentro territorial Soberanía alimentaria -Bosa /Comité territorial por la soberanía alimentaria Cuenca Bajo Tunjuelo / abril 2023

Hay expresiones que dan pistas para interpretar las aspiraciones del sujeto social contemporáneo, pero es preciso más trabajo en el territorio para poder construir una propuesta y una base políticas que permitan construir y sostener un proyecto alternativo:

  • -  Explosión de expresiones culturales en las marchas tales como carteles con leyendas satíricas, representaciones escénicas, baile, tambores, entre otras. Esas expresiones reflejan una nueva estética, otra visión del mundo, y una subjetividad que hay que comprender. El hecho que los CAIs hayan sido convertidos en bibliotecas en medio de la protesta tiene un significado muy simbólico.
  •  - Actividades comunitarias que se tejieron en torno al cuidado durante el paro, que se expresaron en las ollas populares, brigadas de salud, trabajo de apoyo a la protesta en la retaguardia. En las ollas no sólo estaban los jóvenes sino las madres que apoyaban a los muchachos. Se apreciaba un compromiso de la comunidad que da pistas para la construcción de proyectos colectivos, y la visibilización del trabajo de la mujer.
  • - El volver a la naturaleza y el respeto por el medio ambiente. Iniciativas como las huertas urbanas son una expresión de ello. No sólo la huerta es un espacio de trabajo que crea pertenencia al territorio y a un colectivo social, sino la reivindicación de volver a los alimentos frescos y verdaderos, el respeto por la naturaleza y el rechazo de los alimentos ultraprocesados.

Estas notas no pretenden hacer un análisis completo, son más los vacíos que hay que llenar, simplemente quieren llamar la atención que además de las reformas que se pueden hacer desde el gobierno, y que se están haciendo, hay que tener una visión de largo plazo y sembrar para que el proyecto político tenga un sujeto social que lo defienda y se movilice por él, pero se precisa entender quiénes son los nuevos sujetos sociales que nos han llevado al poder y a quienes no podemos fallar. Así decía un cartel en la posesión del Presidente, que a todos nos quedó a todos en la retina: “No nos Fallen”.

Imagen: Sumando voces


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