Por comité para la soberanía alimentaria del bajo Tunjuelo.
En el año 2023, entre el olor de varios fogones realizados en lugares de nuestra geografía, preparamos el mandato por la soberanía alimentaria de Bogotá y cercanías, que no es más que la confluencia de la palabra de las poblaciones y comunidades con el Plan Nacional de Desarrollo (PND). El mandato, realizado con el acompañamiento del naciente Programa hambre Cero, establece una ruta para concebir el PND dentro del horizonte de la soberanía alimentaria, por supuesto, con la participación activa de las organizaciones populares y campesinas.
Ver Mandato: https://drive.google.com/file/d/1lZaaMKZBLI4GLkds8ERF5d6DaMB7hRJs/view?usp=El mandato identificó tres obstáculos clave en las políticas alimentarias: La brecha artificial entre campo y ciudad, que fragmenta la lucha por el alimento; la presunción de que las comunidades no pueden resolver sus problemas y la participación ciudadana convertida en trámite, vaciada de poder real. A partir de la superación de estas barreras plantea una gobernanza territorial, prioridades para la acción y la generación de alianzas público populares en torno al alimento, entre otras políticas específicas.
Así llegamos al 2024 y la política para garantizar el derecho a la alimentación fue encargada al naciente Ministerio de la igualdad, fuimos convocados por parte de funcionarios del Fondo de la Igualdad, junto a diversas organizaciones de territorios afectados por el hambre, para diseñar este sistema de comedores comunitarios en la ciudad.El escenario de la situación ya estaba dibujado y de algún modo teníamos el diagnóstico de algunas comunidades a integrar en los comedores, así fuimos generando un diseño, que acorde a las premisas del mandato popular por la soberanía fortaleciera la producción de lo común mientras se iba mitigando, en su medida, el problema del hambre en la ciudad, esto se realizaría en articulación con comunidades campesinas, mutuales, cooperativas y organizaciones del territorio.
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Reunión de organizaciones 1 de febrero 2025 |
Después de algunos meses de diálogo con el Fondo de la igualdad se fue perfilando este modelo y estudiando la manera de lograr establecer alianzas publico populares para este objetivo, se fue concretando el grupo de comunidades y organizaciones comunitarias, 20 en total, que en cabeza del Programa Hambre Cero, del Ministerio de la igualdad, desplegaría la política alimentaria en la ciudad entregando 5000 raciones de comida caliente a familias priorizadas por las mismas organizaciones comunitarias, que son las que conocen las minucias de sus territorios y sus comunidades.
Desde finales del 2024, se iniciaron conversaciones con quien oficiaba como coordinadora del Programa Hambre Cero en el ministerio de la igualdad, Kairen Gutierrez, con el fin de concretar los puntos de entrega de comida caliente en Bogotá con las organizaciones inscritas. Las organizaciones fueron visitadas por funcionarios de Minigualdad que les exigieron documentos y las listas de las familias a priorizar bajo la promesa de que el desarrollo de los comedores estaba ya comprometido y no tenía vuelta atrás.
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Reunión de organizaciones 1 de febrero 2025 |
En la primera reunión Gutierrez anunció que el programa se haría por licitación abierta, pero que independiente del contratista, este tendría que desarrollar los comedores con las comunidades y personas referenciadas. Se le sugirió a las comunidades establecer alianzas entre ellas para poder licitar, las organizaciones así lo hicieron buscando alternativas asociativas. Parte del tiempo de esta primera reunión fue instrumentalizado por minigualdad para presentar dependencias del ministerio y presentarlo como un diálogo con las comunidades, seguramente estaba entre sus metas institucionales.
En una segunda reunión, que se dió por presión de las organizaciones, dada en el mes de febrero del presente año, Gutierrez ratificó el compromiso con las comunidades en la realización de los comedores, las cuales expusieron los graves daños que las dilaciones del ministerio en el desarrollo de los comedores estaban generando en su legitimidad en los territorios, solicitando una voz oficial que se comprometiera directamente con las comunidades, por su parte, Gutierrez advirtió que ya estaba muy cerca la presentación de pliegos por parte del Fondo de la igualdad, pero que si había algo seguro, era que se iba desarrollar con las comunidades ya referenciadas, proponiendo una reunión para el mes de marzo para aclarar los términos de participación, reunión que ya no se dio.
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Reunión de organizaciones y Programa hambre Cero Minigualdad. febrero 11 |
Efectivamente el Fondo de la igualdad presentó las condiciones para contratar una política, por la misma suma de dinero que tenía presupuestada para los comedores en Bogotá, $18.000 millones, pero esta política nada tiene que ver con la línea de soberanía alimentaria ni mucho menos con Bogotá, ahora van a entregar mercados estándar en caja para un programa asistencial de carácter nacional, contratado por alguna gran corporación, que según las condiciones establecidas son las únicas que podrían participar en la licitación.
El ministro entrante ya citó a las organizaciones que iban a desarrollar los comedores en Bogotá, seguramente para decirles que esperen más tiempo o para que hagan tumulto en el relanzamiento de la política que ya no fue.
Volviendo al mandato, en este episodio queda claro que la iniciativa del gobierno a través de minigualdad no solo no superó las barreras que se le plantean a las políticas alimentarias, sino todo lo contrario: instrumentalizó el diálogo con las organizaciones y comunidades, burló una y otra vez los compromisos establecidos y despreció los esfuerzos, saberes y conocimientos de las comunidades, negando, además, cualquier tipo de participación concreta por parte de la población.
A este panorama desolador de la política nacional de hambre cero, también hay que agregar los incumplimientos desde la ADR a las gestiones realizadas para acompañar el proceso de soberanías, que implicaba el fortalecimiento de la producción campesina organizada en función de la soberanía alimentaria y su logística. Total hay que continuar construyendo con autonomía y con nuestros propios recursos mientras se logra liberar el estado de su secuestro tecnócrata y quede en función del pueblo y para el pueblo. En últimas contruir el próximo cambio que no fue...
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